Get It Now Ganamos El Partido Engineered By Mario Zúñiga Núñez Available Through Digital Edition

honesta, sin aspavientos, directa y sentida, Muestra un amor intenso y sincero por el padre, alrededor del que gira la trama, pues se trata de un poemario con una temática muy definida, lo cual permite seguir el paso de una sección a otra con fluidez.
Manejo de lenguaje simple, básico, pero contundente, Textos que van directo, sin excesos descriptivos ni respiración, Lindas postales de infancia, de una época de Cost Rica más o menos ochentera que surge con nostalgia y con detalles que le dan verosimilitud.
De una manera sencilla, es un cuento narrado con poemas, El título está muy bien elegido, y queda explicitado cuando dice: "ahora que lo pienso/creo que/jugando al fútbol/nos referíamos/a otra cosa".
La mano de Luis Chaves es indeleble, y a estas alturas no debe sorprender, cuando un artista es bueno, su influencia permea por muchos lados, y este es un buen ejemplo de influencia trabajada con honestidad
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y conciencia de causa.
La sección final es un diario que mezcla narrativa con poesía en prosa desnudo de presunciones, se nota el dolor y las meditaciones interesantes: "Mientras la sangre me fluye fuera del cuerpo pienso en él.
Después de tantas transfusiones, cuántas sangres le recorren las venas Cuántas vidas recorren sus células.
El tema de la familia es aquí desgarrador, y no salimos de él sin lágrimas o al menos suspiros que remiten a nuestros seres queridos.
Un libro maravilloso, entrañable, Me atrapó de principio a fin dos veces, Después de leerlo tuve que releerlo inmediatamente desde otra mirada,

Jaime Gil de Biedma, afirmaba que un libro de poemas es la historia de una persona y que ésta se puede convertir por su significación en la de otros.


El autor, Mario Zúñiga, nos muestra las huellas de una vida que todos reconocemos.
“En una parte del poderoso poema “Visitantes del extranjero” de Louise Glück, los padres, ya fallecidos, le preguntan por qué ya no habla de ellos, ni de su hermana, también muerta.
Ya casi ni nos mencionas, le dicen, Y la escritora, culposa y amorosa a la vez, les contesta, escribo de ustedes todo el tiempo, cada vez que digo yo me refiero a ustedes.
Pocos temas más difíciles de tratar en la literatura que el de la relación con los padres.
La línea que nos separa del sentimentalismo es muy delgada, se rompe apenas con un signo de exclamación, una letra de más, un acento.
“Ganamos el partido”, prácticamente desde el título, se centra en esa relación padrehijo que orbitan también hermanas, tíos, primas, sobrinos, madre.
Es un libro de la sangre que logra un equilibrio inusual entre amor y estoicismo, A partir de una enfermedad prolongada del padre, el autor se consume en su memoria, en búsqueda casi arqueológica, y encuentra los ritos de pasaje mezclados con recuerdos que podrían parecen marginales.
Son más bien los elementos de los detalles tangenciales los que logran cohesionar el relato de un hijo que le habla a su padre para hablarse a sí mismo, para hablarnos a todos.
Si usáramos sombreros todavía, nos lo quitaríamos sin percatarnos mientras leemos este trabajo honesto y desafectado de Mario Zúñiga.
Un libro que no tiene nada que ver con los círculos literarios porque está en el centro de la literatura.
Un libro que no tiene tiempo para juegos de palabras porque se encendieron las llamas de alerta en el instante de peligro, un hombre está por cruzar otra línea cardinal, la que divide a los vivos de los muertos.
Leemos “Ganamos el partido” y una brisa suave mueve los bordes del mantel”
Luis Chaves,